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El lanzamiento en 1983 del disco “Speaking In Tongues” de la banda Talking Heads supuso toda una convulsión en el panorama musical global. Considerado uno de los mejores discos de los 80, su naturaleza híbrida y eléctrica frescura lo convirtieron en un éxito absoluto. Canciones como “Burning Down The House” catapultaron a los Talking Heads a la fama y los convirtieron en un grupo de culto.
En 1983, el director Jonathan Demme tuvo la idea de hacer una película de uno de los conciertos de Talking Heads después de presenciar una actuación en Hollywood. Tras reunirse con la banda, todos estuvieron de acuerdo en que sería una oportunidad para llevar su espectáculo a lugares donde físicamente no podían llegar. Así nació “Stop Making Sense”, con el objetivo de transmitir la energía de una actuación en vivo a través de la pantalla.
Para capturar la esencia de Talking Heads en concierto, Demme decidió eliminar al público del montaje final. Consideraba que mostrar a la audiencia era como las risas enlatadas de las telecomedias, algo que no respetaba la madurez del público. Así, se centró en grabar los primeros planos de David Byrne y los demás miembros de la banda, así como tomas generales del escenario. El resultado fue una película directa y honesta que capturó la energía y la magia de los conciertos de Talking Heads.
Uno de los momentos más recordados de “Stop Making Sense” es cuando David Byrne sale al escenario con el famoso “Big Suit”, un traje absurdamente grande inspirado en el teatro Noh japonés. Byrne quería que su cabeza pareciera más pequeña, por lo que hizo que su cuerpo fuera más grande. Este traje se convirtió en un icono de la película y de la propia imagen de Byrne.
El estreno de “Stop Making Sense” en el Festival Internacional de Cine de San Francisco fue una auténtica fiesta. Los espectadores no pudieron resistirse a la música y comenzaron a bailar y saltar frente a la pantalla, haciendo temblar el edificio. La crítica aclamó la película como una de las mejores películas musicales de la historia, destacando su montaje y su capacidad para dotar de profundidad a un concierto de música. A día de hoy, la película sigue siendo considerada una joya del género, con una calificación perfecta en Rotten Tomatoes.
Cuatro décadas después de su filmación, “Stop Making Sense” sigue siendo cautivador y extraño. Para celebrar su 40 aniversario, la mítica banda neoyorquina se reunirá en el Festival Internacional de Cine de Toronto para el reestreno de la película. Los miembros del grupo estarán presentes y participarán en una sesión de preguntas y respuestas con el público. Será una oportunidad única para revivir la magia de Talking Heads y su impacto en la música y el cine.
Tanto Talking Heads como “Stop Making Sense” dejaron un legado imborrable en la industria musical y cinematográfica. La música híbrida y fresca de la banda rompió barreras y estableció un nuevo estándar para los futuros discos de fiesta. Por su parte, la película de Jonathan Demme revolucionó el género de los conciertos filmados, transmitiendo la experiencia en vivo de una manera directa y honesta. Tanto los fans de la banda como los amantes del cine siguen disfrutando de la magia de Talking Heads y “Stop Making Sense” hasta el día de hoy.