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Madrid, 7 de marzo. (Europa Press) –
A veces nos confundimos y llamamos probióticos a los que no existen. Se cree que es yogur, queso o carpe, pero no lo son. Los probióticos son microorganismos vivos y brindan beneficios adecuados a quienes los consumen.
“En el caso de los tres productos mencionados, si somos estrictos, No podemos llamarlos probióticos Esto se debe a que no sabemos qué microorganismos portan, en qué medida están presentes y no hay ningún estudio sobre si aportan beneficios para la salud. Pueden ser tan saludables como los alimentos en una dieta balanceada, pero no tienen ese efecto terapéutico”, dijo a Infosys. Olalla Otero, bióloga, miembro del Comité Científico de Nutribiotica Y experto en el campo de los probióticos.
Ha publicado la edición de ‘El mundo revolucionario de los probióticos’. Qué son, cómo funcionan, para qué sirven’ (Editorial Alienta), un manual en el que intenta despejar todas las dudas en este mundo de los probióticos, que ahora reconoce que ha “aumentado”.
R) Sí, Este experto dice que cuando se utilizan probióticos con fines terapéuticos, estos deben tener ciertas características.Y para ello sería útil saber la mutación que tiene “como su DNI o el nombre del microbio”, y además de confirmar si hay algún estudio al respecto, lo vamos a consumir.
Entonces, es importante saber de dónde viene el germen, ya que si es apto para nuestro intestino puede crecer bien y este es un ejemplo de cómo podemos obtener acciones más beneficiosas a través de su uso. Por ejemplo, los probióticos que recibimos de las vacas. Excepto para asegurarnos de que los microbios probióticos que vamos a ingerir cobren vida.
Por eso, Ollala Ottero, bióloga y especialista en probióticos, insiste en que los probióticos pueden ser de ayuda en algunos tratamientos. Él dice que los homosexuales tienen muchas patologías asociadas con desequilibrios microbianos, infecciones del tracto urinario, diarrea del viajero, tomar antibióticos o tratar con gastroenteritis viral.
“Todos estos pueden tratarse con probióticos, pero también la salud mental o cerebral.. Los probióticos pueden mejorar la conexión entre el intestino y el cerebro, por ejemplo, con ciertas cepas, además de mejorar trastornos como la ansiedad, el estado de ánimo puede verse alterado por los probióticos; Hay algunos estudios sobre esto”, dice el experto.
En cuanto a si se puede reemplazar un fármaco probiótico, dice que en algunos casos pueden actuar como coadyuvantes en el tratamiento farmacológico, en el caso de un antibiótico generalmente se recomienda tomarlo; Pero a veces se pueden usar como un solo tratamiento como la diarrea del pasajero o la intoxicación alimentaria, donde solo un suero o algún medicamento puede detener la diarrea, pero si el probiótico se usa adecuadamente, el paciente logrará un progreso significativo.
Otra característica que menciona es que, en España, por ahora, Los probióticos no están clasificados como fármacos, aunque Estados Unidos quiere cambiar la ley. “Hoy en día se compran en nuestro país sin alimentos y sin receta médica. Hay cientos de marcas, cada una de las cuales tiene fórmulas muy diferentes, lo que genera cierta confusión en el consumidor. No, es mejor buscar el consejo de un experto”, Odero dijo.
Respecto a si son inocuos o si su uso es perjudicial para nuestra salud, este experto dice que podemos hacer una mala elección de los probióticos para que, aunque sus efectos no sean malos para nuestra salud, pueden pasar dos cosas: no pasará nada. No logramos el efecto deseado con tu tiro, solo perdimos el dinero que compraste; O puede hacernos sentir mal, por ejemplo, podemos tener hinchazón o molestias abdominales, que desaparecerán una vez que dejemos de tomar probióticos.
En cuanto a si cualquiera puede tomarlas, el integrante de Nutribiótica dice que sí Siempre se recomienda que sean recetados por un profesional de la salud. Formados en microbioterapia y microbiota, son médicos, dietistas-nutricionistas, farmacéuticos u otros.
De igual forma, la duración de la intervención con probióticos depende del caso a observar y del tipo de disbiosis, destaca que en algunos casos semanas, en otros los tratamientos pueden durar más.
Aquí señala que No interactúan con los fármacos, pero sí afectan a los microorganismos.Por lo tanto, la fisiología intestinal se verá afectada y, por lo tanto, puede tener un impacto en la farmacología.
En cuanto a por qué no se generaliza su uso, Otero achaca la falta de tiempo de los profesionales sanitarios con cada paciente, y dice que después de que el currículum de vida médica rara vez toca el mantenimiento de la microbiota, no hay nada al respecto. , aunque el interés colectivo por los probióticos va en aumento “gracias por su esfuerzo”.
Tenga en cuenta aquí que los probióticos en particular se han usado durante décadas, pero en la forma más generalizada en que cualquier profesional puede usarlos, ha habido una gran explosión en la última década, admitió. De hecho, muchos profesionales de la salud coinciden en que sus pacientes los demandan.
En este sentido, Olalla Otero lamenta que no todos los expertos tengan una visión amplia de hasta qué punto la microbiota está implicada en la salud y que podamos modificar su composición con probióticos. Él cree que cuando se toman medicamentos antibióticos o el niño tiene diarrea viral, cuando los receta un pediatra, se pueden usar con más frecuencia de lo que se usa ahora.
el tambien lo piensa En los próximos años se avanzará en el conocimiento de la microbiota Cada día se mejora más su implicación en otros trastornos y profesionales. “No vamos a curar muchos síntomas con probióticos, pero si se combina con el mantenimiento de una microbiota por un probiótico, además de la medicación del tacto, mejorará el tratamiento”, destaca.
Por otro lado, enfatiza que ningún probiótico por sí solo sirve para todo, porque cada cepa es específica para una acción particular y necesitamos conocer las propiedades de cada cepa para seleccionar un probiótico específico para el trastorno.
Finalmente, cuando se le pregunta por la relación entre los probióticos y el Govit-19, este experto señala que en los infectados por el virus SARS-CoV-2, la composición de su microbiota está alterada y padecen disbiosis.
“Existen cepas probióticas con actividad antiviral que evitan que el virus entre en la célula huésped, en este caso la célula humana. Se están estudiando algunas cepas de probióticos que pueden evitar que el SARS-CoV 2 se una a nuestras células humanas. Se está empezando a estudiar, pero al igual que otros virus, algunas cepas probióticas han demostrado ser efectivas”, concluye.