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La creación de una fuerza conjunta entre las juntas militares de Mali, Níger y Burkina Faso para combatir la violencia extremista en la región del Sahel enfrenta desafíos que ponen en duda su efectividad. Los analistas señalan que la violencia ha empeorado bajo los regímenes militares en el poder, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad de la fuerza conjunta para lograr sus objetivos de seguridad.
Los países de la región del Sahel han tomado medidas para buscar una mayor independencia de sus aliados regionales e internacionales, como Francia, y han recurrido a alianzas con Rusia en busca de apoyo. Esta búsqueda de autonomía puede influir en la efectividad de la fuerza conjunta, ya que dependerá no solo de recursos internos, sino también del apoyo externo para hacer frente a la violencia yihadista en la región.
La inestabilidad política y la violencia en Mali, Níger y Burkina Faso tienen un impacto significativo en la seguridad de la región del Sahel. La eficacia de la fuerza conjunta en combatir la violencia extremista será crucial para estabilizar la región y proteger a la población civil de los ataques terroristas.
El apoyo externo de la comunidad internacional será fundamental para fortalecer la capacidad de la fuerza conjunta en la lucha contra la violencia yihadista en la región del Sahel. La colaboración con aliados regionales e internacionales puede proporcionar recursos adicionales y asistencia técnica para mejorar la efectividad de la fuerza conjunta en su misión de seguridad y defensa.