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En América Latina, todavía hay un debate sobre si la menstruación debe ser reconocida como un asunto prioritario en la salud y los derechos humanos. Aunque la menstruación es un fenómeno fisiológico normal, muchas personas que menstrúan enfrentan dificultades en términos de seguridad, accesibilidad y precio de los productos menstruales. Esto ha llevado a lo que ahora se conoce como pobreza menstrual, donde las personas de bajos recursos no pueden permitirse comprar productos menstruales adecuados. Activistas y organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han pedido que se reconozca la menstruación como un asunto prioritario en la salud y los derechos humanos, y no solo como un tema de higiene.
Algunos países de América Latina han tomado medidas para abordar este problema, como la eliminación o reducción de impuestos sobre los productos menstruales. Sin embargo, aún existen desafíos en términos de accesibilidad y precio de estos productos. Aunque quitar los impuestos es un avance importante, no es suficiente para garantizar una menstruación digna para todas las personas. En países como Colombia, a pesar de la eliminación de impuestos, muchas mujeres aún enfrentan dificultades para acceder a productos menstruales. Es necesario que los gobiernos de América Latina tomen medidas más amplias para abordar este problema y garantizar que todas las personas tengan acceso a productos menstruales adecuados sin importar su situación económica.
Uno de los principales contribuyentes a la pobreza menstrual es el costo de los productos menstruales. Muchas personas que menstrúan no pueden permitirse comprar toallas higiénicas, tampones u otros productos debido a su alto precio. Esto crea una carga económica adicional para estas personas y puede tener un impacto significativo en su calidad de vida. En muchos países de América Latina, estos productos están gravados con impuestos, lo que aumenta aún más su costo.
Algunos países han tomado medidas para reducir o eliminar los impuestos sobre los productos menstruales. Por ejemplo, en México se implementó una legislación que reduce el impuesto sobre el valor agregado (IVA) de estos productos. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para garantizar que todas las personas tengan acceso a productos menstruales asequibles. Es necesario que más países de América Latina sigan el ejemplo de México y tomen medidas para reducir los impuestos sobre los productos menstruales y garantizar que sean accesibles para todas las personas, especialmente aquellas de bajos recursos.
En América Latina, ha habido movimientos y organizaciones que luchan por una menstruación digna. Estos movimientos han presionado para que se reconozca la menstruación como un asunto prioritario en la salud y los derechos humanos, y han logrado avances en algunos países de la región. Por ejemplo, en México se implementó una legislación que reduce el impuesto sobre los productos menstruales y en Costa Rica se aprobó un proyecto de ley que rebaja el impuesto sobre el valor agregado (IVA) de estos productos.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Aunque se han eliminado o reducido los impuestos sobre los productos menstruales en algunos países, aún existen desafíos en términos de accesibilidad y precio de estos productos. Muchas personas de bajos recursos aún enfrentan dificultades para acceder a productos menstruales adecuados. Es necesario que más gobiernos de América Latina tomen medidas para abordar este problema y garantizar una menstruación digna para todas las personas, sin importar su situación económica.