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MADRID, 9 May. (EUROPA PRESS) –
El diputado del PSOE Daniel Viondi ha apoyado la regulación del cannabis medicinal en España, asegurando que resulta “inexorable”, por lo que ha pedido al resto de grupos políticos un “consenso máximo” para llegar a un acuerdo.
“Votamos a favor de la subcomisión y nos hemos comprometido a que haya un marco regulado del cannabis terapéutico. Va a ser inexorable que vaya a producirse. Es imprescindible que exista con el consenso máximo que se pueda alcanzar”, ha afirmado este lunes en la subcomisión de cannabis medicinal del Congreso de los Diputados.
Viondi ha puntualizado, no obstante, que su regulación se debe hacer con “seguridad jurídica y sanitaria”. “Tiene que ir con un control y prescripción médica y regulado todo por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Es un consenso básico que podemos alcanzar todos los grupos”, ha pormenorizado.
Asimismo, ha recordado que su uso sería “complementario”: “No va a solucionar directamente ninguna enfermedad”. Por ello, considera que ahora mismo el “gran debate” es “cómo se dispensa” en España y qué modelo dentro de la Unión Europea debe ser la “máxima referencia” para promover una norma. “Los diputados alcanzaremos más pronto que tarde un acuerdo”, ha zanjado.
La presidenta del Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM), Carola Pérez, ha agradecido este apoyo formal del PSOE, más explícito que nunca. “Hoy el PSOE ha estado más cariñoso y cercano, ocupándose más de los pacientes. Pero las palabras no bastan, los hechos son importantes”, ha precisado.
En cualquier caso, Pérez ha defendido que ya existe suficiente evidencia científica sobre el uso médico del cannabis en el mundo real, gracias a la experiencia de otros países, para poder regularlo sin tener que esperar a ensayos clínicos más robustos.
“Es increíble que en el siglo XXI no seamos capaces de coger la evidencia que ya tenemos para que sea una gran fuente de datos. No entendemos por qué la evidencia de un médico alemán no es aplicable en España. No entendemos cómo es posible que se estén otorgando licencias para cultivar cannabis y nosotros no podamos recibir un solo producto alegando la falta de evidencia o que no llegamos en el momento político adecuado. Señorías, el dolor no espera”, ha sostenido.
Al margen de medicamentos como ibuprofeno y paracetamol, u opioides como la morfina y el fentanilo, ha apuntado que “no hay una solución segura que pueda aportar seguridad y calidad de vida cuando un paciente no mejora con todo esto”. Así, ha esgrimido que España es “una sociedad que vive absolutamente medicalizada”. “Somos el segundo país del mundo en consumo de opioides. Estamos de acuerdo en que los medicamentos aprobados son una opción pero todos sabemos que no lo son a largo plazo debido a los efectos secundarios o los problemas a la hora de bajar dosis”, ha explicado.
Pese a que ha reconocido la inexistencia de ensayos clínicos doble ciegos y aleatorizados, los más utilizados para la aprobación de fármacos, Pérez ha instado a atender a la evidencia en el mundo real. “No se pueden hacer estudios a corto plazo, pero podemos avanzar con lo que ya tenemos, la evidencia en el mundo real. Hay estudios observaciones hechos con hasta 10.000 pacientes”, ha reivindicado.
Al respecto, el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF), Jesús Aguilar, propuso, en su intervención ante la subcomisión el pasado 28 de marzo, la realización de un estudio en las farmacias para comprobar la eficacia del cannabis medicinal en España y cómo podría ser su implementación, como se ha hecho por ejemplo en Francia.
“Consideramos que es el momento de actuar con el apropiado rigor científico, técnico y sanitario para dar una respuesta al interés y demanda del uso del cannabis para el tratamiento de ciertos síntomas de diferentes patologías. Una respuesta en la que debe primar la seguridad y la protección de la salud de los pacientes, a quienes nos debemos como profesionales sanitarios”, explicó.
Según los farmacéuticos, con esta prueba piloto se podrían “recopilar datos concluyentes sobre la eficacia y seguridad del uso de los productos derivados del cannabis; demostrar las ventajas de su dispensación en farmacias comunitarias; y realizar el debido seguimiento a los pacientes”.
“Todo bajo una estricta supervisión de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios. Sería la manera más prudente de comenzar a utilizar unos productos que no reúnen suficientes pruebas de eficacia y seguridad, y se daría así respuesta al interés del uso de los derivados del cannabis en el tratamiento de ciertos síntomas de diferentes patologías”, sostuvo Aguilar.
Por su parte, la presidenta del OECM ha insistido en que se utilice la evidencia del mundo real “igual que con la COVID-19”, cuando en los peores momentos de la pandemia se utilizaron algunos fármacos a la espera de ensayos clínicos más robustos. “No permitamos que los pacientes sigamos abandonados, estigmatizados y perseguidos. No vamos a vivir con miedo por algo tan simple como intentar soportar el dolor. Mirar hacia otro lado no es una opción”, ha remachado.
En España existen tanto medicamentos con principios activos como productos diversos de cannabis, que se diferencian entre ellos según hayan obtenido o no autorización de comercialización para uso médico. En el caso de medicamentos, hay dos fármacos, ‘Sativex’ y ‘Epidyolex’, que cuentan con autorización de comercialización de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y son dispensados por los farmacéuticos hospitalarios para mejorar los síntomas de algunas enfermedades como la espasticidad moderada o grave debida a la esclerosis múltiple y las convulsiones asociadas al síndrome de Lennox-Gastaut, al síndrome de Dravet o al complejo esclerosis tuberculosa.
Los que no tienen autorización de comercialización como medicamentos son la parte florida de la planta, la resina comprimida o hachís, los aceites extraídos y los extractos de cannabis concentrados.
El vicepresidente del OECM y catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Manuel Guzmán, ha solicitado a los parlamentarios “distinguir tajantemente el consumo medicinal del recreativo”. “Es mucho más seguro el médico. El perfil de seguridad de los cannabinoides en el contexto terapéutico es más que razonable, mejor que el de los opioides”, ha detallado.
Al igual que Carola Pérez, Guzmán ha resaltado que, pese a la falta de ensayos clínicos controlados, los estudios observacionales “apoyan que el uso medicinal de los cannabinoides es razonablemente seguro, eficaz y con un buen nivel de adherencia por parte de los pacientes”.
“Nadie pretende sustituir los medicamentos que tenemos por el cannabis medicinal. Lo que han hecho los países que lo han regulado no es reemplazar sino añadir, a través de distintas concentraciones o vías de administración para poder disponer de un armamento mayor para ayudar a nuestros pacientes. Países Bajos, Alemania, Portugal o Francia ya tienen programas de dispensación controlados y estrictos”, ha justificado.
El catedrático ha expuesto que en España “hoy en día hay muchos pacientes que están sufriendo enfermedades crónicas devastadoras y altamente debilitantes, que se encuentran en una inseguridad jurídica para utilizar otro tipo de preparados no aprobados”. “Nuestro deber moral es apoyar a estos pacientes e intentar acercarnos a ellos con un conocimiento que ya tenemos para que muchas personas que están sufriendo puedan dejar de hacerlo o, por lo menos, paliar algunos de los síntomas aparejados a sus enfermedades”, ha concluido.