hasta el 49% compra para ese fin

MADRID, 24 de abril. (PRENSA EUROPA) –

El 49% de los jóvenes españoles de la ‘generación Z’ ha comprado colecciones especializadas de calzado deportivo como recurso de inversión, según datos de una plataforma de comercialización de algunas versiones de StockX entre particulares.

Este dato pone de manifiesto la fuerza de esta tendencia, que se hace sentir desde hace tiempo en mercados como el estadounidense.

Los ‘seniors’ tienen una forma de invertir muy diferente a la de otras generaciones: invierten en general y con alto riesgo debido a la promesa de mayores ingresos, lo que explica su preferencia por activos como el dinero secreto.

Lo mismo sucede con los productos de colecciones especiales, ya que los usuarios de StockX los venden por una generosa tarifa en comparación con el precio de venta anterior.

“En los últimos años, hemos visto a una nueva generación de consumidores abandonar inversiones tradicionales como acciones e invertir en artículos que son importantes para ellos emocional y culturalmente. Productos como calzado, ropa y colección ahora sirven como recursos alternativos. : proporcionar participación cultural y beneficios continuos “, dijo el director de StockX EMEA, Derek Morrison.

Las inversiones alternativas son una de las inversiones preferidas por los inversores en la situación actual, con una gama de asociaciones que van desde capital de riesgo compartido hasta bienes raíces o arte.

El director general de Saisho, Carlos Suárez, dijo a Europa Press que el arte puede servir como un refugio viable durante la inflación o el conflicto, ya que siempre tiende a incrementar su valor.

Este no es el caso de la ropa. Aunque comparten esta cicatriz, sobre todo si se trata de una colección única, tienen el problema de que siempre se toma como garantía de referencia el precio de venta inicial, ya que son artículos “muy de nicho”, por lo que su demanda potencial es “muy baja”. .” , “según Suárez.

Sin embargo, una obra de arte siempre se valora y depende más del artista que la crea. “Si un artista va a estar de moda, todos los coleccionistas quieren comprar y aumentan el precio”, explica Suárez.

Para el consejero delegado de Saisho, el caso de las zapatillas es similar al de las tarjetas de visita, que en algunos mercados han alcanzado cifras muy elevadas respecto a su precio anterior, o las piezas antiguas, que se devuelven y venden años después.

PRECIOS SUBEN TAMBIÉN EN BANDAS FAMOSAS

Las marcas de lujo también tienen su hueco en este estilo y se venden a un precio muy superior a su precio original, como hicieron Chanel y Louis Vuitton, entre otras.

De hecho, los de esta última empresa suelen ser “mercancías raras”, como destaca StockX, sobre todo si se trata de una asociación única con otras marcas. “Si logras comprarlos ‘al por menor’, hay muchas posibilidades de que ganes dinero revendiéndolos en el mercado secundario”, dijeron desde la plataforma.

Por ejemplo, el Supreme Wallet de Louis Vuitton se vende en la plataforma por unos 4.351 euros, lo que supondría una devolución del 450% respecto a su precio de venta al público, mientras que el cinturón de la firma Takashi Murakami tiene un precio de 1.250 euros. con un pago del 343% respecto a su precio de venta, según datos de StockX.

Morrison ha señalado a Europa Press que las marcas de lujo “siempre están buscando nuevas formas de permanecer en el ojo de sus clientes”, y una forma de hacerlo es a través de colaboraciones con marcas modernas.

“A medida que las marcas de lujo parecen conectarse con sus futuros clientes, espere más experimentos sobre cómo presentan sus marcas”, dijo.

Así que recuerda que hace diez años nadie pensaba en la posibilidad de que una empresa como Dior se asociara con otras como Jordan Brand para lanzar zapatillas deportivas.

Suárez observa que en el caso de los artículos de lujo lo más importante es la naturaleza, es decir, las manos que han pasado en el pasado, sobre todo si se trata de una celebridad.

Un caso similar con este tipo de inversión podría ser para los huevos de las gemas rusas Carl Fabergé, por los que se pagan millones de euros.

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